Somos lo que comemos: los alimentos que ingerimos aportan la energía que utilizamos para mantenernos vivos y los elementos necesarios para un adecuado crecimiento y reparación de nuestras células. La cantidad de calorías de nuestra alimentación debe estar equilibrada con la cantidad de calorías que utilizamos, para evitar el SOBREPESO y OBESIDAD, epidemia mundial que afecta a más de la mitad de los chilenos (MINSAL 2010,
Vio 2000).

Guías de alimentación saludable.

Las necesidades energéticas de un adulto medianamente activo son de 25 a 30 calorías por kilo de peso corporal por día, lo que implica en una mujer de 50k unas 1300 a 1500 calorías y para un hombre de 70k unas 1800 a 2100 calorías por día. Para lograr una alimentación equilibrada cerca de un 50% de estas calorías deberían ser aportadas por carbohidratos, 35% por grasas y 15% por proteínas (Abbot 1988, FAO 2004, CDC 2002, MINSAL 2004).
Buscando una mayor comprensión para la población general de esta distribución nutricional se han diseñado diferentes formas gráficas (USDA 2005, WHO 2002). Entre los países con mayor experiencia en el desarrollo y evaluación de estas imágenes, destaca la de USA, que el año 1992 creó la Pirámide Alimentaria, imagen profusamente difundida y reconocida a nivel internacional, que llevó a muchos países a adoptarla o adaptarla.
La Pirámide Alimentaria tuvo una amplia difusión, sin embargo, produjo una gran controversia, por la propuesta de aumentar el consumo de carbohidratos (ubicados en la base de la pirámide), y por la gran confusión que produjo el tamaño de las porciones de alimentos recomendados. Distintos estudios mostraron que las personas estimaban cantidades mayores a las establecidas, lo que habría inducido a comer más. Por este motivo, el año 2005 se modificó la imagen de la pirámide, colocando las franjas en forma vertical e incluyendo la actividad en la imagen.

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